Todos deberíamos preguntarnos: ¿Estoy feliz con la vida que tengo?
No olvidemos que la felicidad es lo que todos buscamos. ¿Pero qué es la felicidad, para que todos corramos tras ella? ¿Qué es ese algo por lo que todos nos desesperamos? Según Aristóteles la felicidad no coincide con la diversión, y yo opino lo mismo.
Y me aparecen muchas preguntas: ¿Es que al buscar de divertirse uno se está apartando de ver su realidad?; y ¿Qué considero entonces yo que es divertirse y que creo que es ser feliz? Yo veo que diariamente busco de estar entretenida, que no me siento aburrida nunca, y que no me gustaría estarlo. Que el estar haciendo algo útil para mí o para algún otro ya le da sentido a mi vida, que eso me entretiene y que allí yo me siento muy bien.
¿Entretenerse y divertirse significarán lo mismo?; ¿serán sinónimos? Cuando a uno le aparecen tantas preguntas considero que es porque está queriendo entenderse en profundidad. Yo ya sé que del todo no podré llegar a comprenderme pero con ir entendiéndome “un poco más cada vez” me conformo. ¿Y qué será conformarse?
Busco en el diccionario el significado de entretener y entre varios otros significados encuentro: “Divertir, recrear el ánimo de uno. Divertirse jugando, leyendo, conversando o haciendo otras cosas”.
Y ahora busco el significado de “conformidad” y encuentro: “Semejanza o aceptación entre dos personas, igualdad, correspondencia de una cosa con otra. Avalar con la firma, expresar el acuerdo”. Y acá dejo de hacerme preguntas para seguir con el tema con el que titulo esta nota.
Sí, yo estoy contenta y conforme con mis decisiones de cada momento que hacen a la vida que estoy llevando. Pero pienso que ser feliz es otra cosa, es algo que he sentido pocas veces, algo que te rebalsa, que se te escapa por todos los poros. Lo he sentido subiendo al cerro Tronador, también en el cerro Rigui y cuando di a luz a mis hijos. Si bien cada vez es una sensación levemente diferente, teñida de emociones o recuerdos diferentes, siempre podría reducirla a decir que me rebalsa, que no cabe dentro de mi cuerpo.
Veo también que me surge decir que estoy orgullosa de ser como soy. Y acá me detengo: orgullosa de algunos aciertos, pero para nada de lo que considero errores. En ese sentimiento de “orgullo” está la búsqueda de ser bien vista, admirada, aplaudida por los otros, y eso ya no me gusta ni me produce ninguna alegría.
Hoy me miraba atentamente mientras con mucho esfuerzo trataba de tener todo ordenado y limpio para la reunión de los siete amigos que vendrían a casa. Llegarían cerca del medio día y comeríamos a la canasta es decir cada uno aportaría lo que tuviera. Y yo veía como rechazaba pensamientos de un personaje de mi ego que me tiene dominada. Bueno es que no es uno, son varios los personajes que además discuten entre ellos Y quien soy realmente es quien los observaba y se asombraba de lo que veía.
Había uno criticón, que pretendía que alguno apareciera a ayudar sin que eso se hubiera acordado entre nosotros. Mientras escribo me sonrío, me río de mi misma. Aparte de criticona me veo desconfiada, la tengo a mi madre metida dentro de mí misma, y veo también que mi hija me tiene a mí, a todos estos personajes metidos dentro de ella misma. ¡Qué cosa más compleja es la interioridad de los seres humanos! ¡Algo bien difícil de entender!
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