Rompe todas las barreras y siente que ya estás bendecido. Es el único paso que debes dar, el resto irá ocurriendo. Este profundo sentimiento de sentir “estoy bendecido” hará desaparecer todas las inseguridades y quejas, dejarás de creerte “el hacedor”, te ayudará a sobreponerte a cualquier obstáculo en la vida, te dará coraje y confianza y te abrirá para que la «Gracia» entre en ti. El sentimiento de no ser amado se disuelve, el deseo de amor se disipa. Entonces si quieres que tu vida sea diferente, siente que ya eres bendito. Y sigue trabajando con tu conciencia.
La base del trabajo interior es la“Atención”. Cada noche he de revisar cuán atento estuve a lo que pensé, dije, o hice. Para la “auto-transformación” el sólo pensar no es suficiente, tendré que anexarle el corazón, junto con la inteligencia y el misticismo. Necesitaré unir cabeza y corazón, que haya nitidez en la mente y ternura en el corazón.
En cada momento que vivimos “conscientes y plenos” está la eternidad, y sólo a partir de allí podemos conocer lo que es la verdadera felicidad. El secreto está en “PARAR”, hacer varios paros de algunos minutos en medio de la actividad diaria, y poder aprovechar “esa gran oportunidad”, en que estamos presentes, en que ya sabemos que nuestra vida tiene una dirección y un sentido, porque tenemos un camino y porque ya conocemos la diferencia entre la verdadera felicidad y el placer del momento. En el largo camino de la “Auto-transformación ” hemos de ser nuestro propio maestro.
Para liberarnos de tanto lastre acumulado necesitamos: (1) – “una firme motivación”, anhelo profundo que habrá que alimentar y cultivar; (2) – “una decidida voluntad”, no valen los esfuerzos entusiásticos y si los conscientes y constantes; (3) – “Paciencia”, esa fuerza que hace milagros, todo lo alcanza y nos libera de la mente enferma; (4) – “servicio” porque cuando subimos todos juntos marcamos una senda, nos ayudamos unos a otros, y sabemos que nos encontraremos en la cumbre. (5) – “Humildad”, cualidad por la que nace el amor y muere el juicio y por la que comprendo que soy una criatura más, que todos sufrimos, que como todos también me equivoco.
La clave para recibir el don de la bendición está en ofrecerla porque queremos aliviar a otros también. Podemos hacerla en voz alta, por escrito o mentalmente diciendo: Bendigo…- y nombro a los que sufren o han sufrido…; también a los que infligen el sufrimiento… -y a nosotros mismos por poder estar ocupándonos de aliviar cargas en nuestros compañeros de camino pues el que sufran otros nos produce dolor a nosotros también. La Bendición ha cumplido su cometido cuando el mundo ya nos parece distinto porque vemos todo lo que ocurre desde el lado positivo, con alegría, y nos sentimos felices.
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