Se preguntarán cual es el motivo de esta carta… y ya les digo: quiero que me conozcan, sincerarme con Uds.; que me ayuden a verme, a ver cómo evoluciono (o involuciono), o sea cómo voy siendo. El escribir me ayuda a verme en mis constantes cambios. Además Amadeo, vos que eres mi maestro escritor de cuentos, estaría respondiendo a tu pedido de que combinemos una llamada telefónica para explicarme algo respecto a tus correcciones…
Y lo venía posponiendo… Lo decidí hacer ahora, pues pareciera que aún respondo a esa voz en mí, que siento como con cierta autoridad, que creería que es la de mi Maestro Interno, o Alma…; (es un lugar central en mí, de donde surgen mis intuiciones o lo que llamo “Hechos Sincrónicos”)… Y que además me decía que tengo que explicarte, Amadeo, que ya considero que aprendí suficiente sobre lo que es escribir cuentos, sobre signos de puntuación para que mi redacción sea más comprensible… y que me considero más que satisfecha con lo aprendido.
Y se preguntarán los dos, quizás vos también Ricardo: ¿Por qué no se deja de dar vueltas, y combina la famosa llamada que le solicitan? Porque nunca pude superar mi rechazo a hablar por cualquier tipo de TE. ya sean de línea, o celulares… y eso se acentúa aún más actualmente, a medida que voy acumulando más años, ya que estoy perdiendo audición, y constantemente tengo que pedir que me lo repitan…
Disfruto escribiendo y leyendo, entonces lo soluciono escribiendo, y pidiendo que me escriban, avisando que no entiendo los audios ni las llamadas telefónicas, y que tampoco puedo participar en grupos, donde hay varias voces que se entremezclan, salvo que sean grupos chicos de unas 10 personas y que estén tan organizados como para que compartan de uno por vez… Y antes de despedirme con un gran abrazo y muchísimo cariño para cada uno de Uds. dos; quisiera pedirles que me digan si les molestaría o no, que yo publique en alimentandoelalma.com, esta carta, como hago con las otras cosas que escribo…
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