Estoy con una amiga que conocí hace como 10 años en un curso, luego nos vimos sólo una o dos veces y mantuvimos contacto a través de Internet. La invité, ella aceptó y acá está conmigo en la chacra. ¿Qué me movió a mí? Generar una oportunidad para compartir-nos, conocernos, y también favorecer mi auto- conocimiento y la empatía.
Ya llevamos pasando cinco días juntas y me sonrío al recordar el tan escuchado: “Pide y se te concederá”. Estoy sumamente agradecida por las energías que se van moviendo, las comprensiones que me llegan, el tintineo de nuestros egos cuando chocan, y lo que eso genera en ambas. Mi amiga no conoce nada de eneagrama, y yo que creo conocer al respecto, siento tales diferencias en nuestras personalidades, que ese personaje investigador, mental, en mí se puso al frente. Mi sentimiento reconoce en ella una encarnación de mi hermana mayor, ya fallecida, que era “muy controladora, perfeccionista, e idealista”, y además era “muy servicial, quería ayudar al que sufría, y creía saber la mejor manera de hacer cada cosa”. Estaba indicándoselo al otro en todo momento, y eso me resultaba muy molesto. Yo deduje que era un “1”, como también deduje que lo era mi padre.
Ahora estoy viendo que las características mencionadas anteriormente, también las tengo yo, quizás en grados diferentes, y que todo esto es muy sutil. Cuando nos sentimos molestos y reaccionamos es que nos estamos espejando, y reconozco que mis molestias de este momento, son similares a algunas de las molestias de hace tanto tiempo. ¡De vuelta me estoy espejando! pero sé que ya no soy la misma que sufrió tanto desde chica, ahora al entender lo que me pasa, puedo trabajar en la auto-transformación de mí mundo emocional… Sin embargo no es algo fácil de hacer, pues el cuerpo, cada célula, todo mi Ser, recuerda…y se prepara para defenderse y reacciona.
¿Qué puedo hacer? Generar una intención más firme, y tener muy clara la dirección de mi camino y las primeras prioridades de este momento. También aceptar las fluctuaciones y el cambio constante en cada uno de nosotros y tomarnos con amor y paciencia. Sobre todo no compararme con nadie, pues el que compara, juzga y dictamina siempre es el ego.
Cada eneatipo o personalidad tiene sus tendencias bien notorias; pero el control, la competencia, la búsqueda de la aprobación externa o del aplauso, y ser servicial sobre todo con el que sufre o está enfermo, eso está en todos nosotros, en mayor o menor grado.
Con respecto a mi amiga me gustaría saber que se va de mi casa interesada por este tema, por su crecimiento, pues nuestros caminos apuntan a direcciones bien diferentes. Ella es hábil en organizar actividades, y yo quiero experimentar y enseñar esas actividades, para que pueda expandirse esta nueva humanidad que ya está apareciendo.
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