Cada uno de los sentidos, la nariz, los ojos, los oídos, la piel, la lengua, con las papilas gustativas, son nuestras principales antenas que tenemos para captar el mundo.
En este mundo actual nuestros sentidos están sobre-estimulados. Tenemos que ser conscientes que eso nos agota. Niños y adultos hiperactivos que tienen que tomar tranquilizantes abundan por doquier. Si los sentidos están mal, afectan a los órganos y de allí pasa a las emociones y las potencia. Esto nos pide que nos ocupemos de nosotros mismos; es el trabajo que tendremos que hacer.
Dependiendo de cómo interprete lo que pasa tendré una emoción u otra. Todos nuestros sentidos se van desnaturalizando y eso arruina varios órganos. El estar bajo ruidos constantes afecta los riñones. El uso excesivo de los ojos afecta el corazón.
El “tacto” necesita más estímulos, estamos carentes de abrazos de tocar a otros, de que nos toquen, por eso vamos por masajes. “El lenguaje, la palabra”, deberíamos usarla para decir algo con esencia, “hablar por hablar es mejor callar”. Nuestro “paladar” ha sido desnaturalizado, cada vez necesitamos sabores más fuertes. También las “atracciones” fueron desnaturalizadas, si no producen adrenalina, a la mayoría les resulta demasiado soso. El “olfato” es importante, pero no hay tiempo para detenernos a olfatear ni las flores, ni las situaciones de nuestra vida.
Los sentidos son “puertas” no solo para ser más conscientes del mundo externo, sino más conscientes de nosotros mismos, y de cómo recibimos lo que estamos viviendo. Nuestro trabajo consistirá en recuperar, y refinar nuevamente nuestros sentidos. Lo que estamos percibiendo con ellos, deja mucho de ser la realidad. Voy a interesarme en mirar todo lo que llega a mis sentidos, para poder seleccionar lo que quiero y lo que no quiero para mí, porque ya tengo clara la dirección, el propósito de mi existencia; el camino para mi vida.
El secreto parece estar en esta fórmula: atención + respiración me hace ser más consciente, estar más presente y buscar más el silencio, y eso es para practicar cada vez que me dé cuenta que lo que consigo no es lo que quiere mi ser profundo, quien verdaderamente yo soy.
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