Evaluando la ensalada comenzó un proceso interesante. Al poner el foco en mis aciertos, me felicité, y allí comencé a perdonarme otros errores o equivocaciones, pues todos los tenemos. Al tomarlo como una práctica, eso me llevó primero a enfocarme en el lado positivo de cada cosa y de cada circunstancia que me tocaba vivir.
Entonces me di cuenta que empezaba a aceptar lo que sea que pasara, y a las personas así como estaban en ese momento, y fui viendo como desaparecía la queja por todo lo que no funcionaba, y se transformaba, a veces, en alguna acción que mejoraba el ambiente interior o exterior en el que me encontraba, cuando eso era posible.
Hoy al encontrar deliciosa la ensalada, muy gustosa y tan bien presentada decido sacarle una foto y compartir este darme cuenta con todos mis amigos del Blog. Si, la autoestima no es compararme con cómo lo hacen otros, (allí entra el ego), sino deleitarme con lo que me siento capaz de hacer.
5 octubre, 2018 a las 10:00 pm
Efectivamente uno debe hacer las cosas a su buen criterio, pensando en uno mismo, no en lo que dirán otros
Tengo un dicho: Cada cual con su cada qué y.-.. ¡Adelante!
NOTA: Pinta lindo la ensalada…
7 octubre, 2018 a las 1:19 am
La búsqueda de aprobación externa limita nuestra creatividad. Actuamos, comemos y gustamos por hábitos. Saber que podemos cambiar hábitos, mejorar nuestra salud, sin perder el disfrute del comer, ya es un gran paso adelante.
5 octubre, 2018 a las 9:57 pm
Efectivamente, uno debe hacer las cosas bien para uno, no pensando en la opinión de otros.
Tengo un dicho: Cada cual con su cada qué… y ¡Adelante!
NOTA: pinta lindo la ensalada!