(Inspirado en el libro de Eugenio Soriani, con agregados propios)
El nivel de evolución biológica de un pueblo está en proporción inversa a cantidad de dentistas y médicos que posee. Donde todos gozan de medicina alopática, trata al cuerpo humano como si fuera una máquina, por eso tiene tantísimas especialidades, y es “sintomática”, procurando ubicar la dolencia mediante los síntomas externos. Y la mayoría de nosotros al sentir una molestia, volvemos a ingerir lo que antes nos habían recetado haciéndonos habitué de las drogas. Los médicos al recetar tantas drogas, además tan costosas, incrementan el deterioro de la resistencia vital de la humanidad. Solemos estar ya enfermos, aunque todavía no tengamos ningún síntoma. La cirugía, en algunos casos, salva vidas, pero cuando extirpa órganos que no alcanza a curar, realmente es desastrosa.
Indicios externos que nos indican que nuestro cuerpo físico aún se mantiene dentro del área de la salud. – (1) – Se tiene los pies calientes y la cabeza fría – (2) – No se padece de insomnio. – (3) – Después de 6 a 8 horas de reposo uno despierta fresco, no cansado, y contento de poder vivir ese nuevo día. – (4) – Diariamente tenemos por lo menos una o dos evacuaciones intestinales satisfactorias. – (5) – No hay sarro en la dentadura. – (6) – No se suele tener la boca amarga o tener mal aliento. – (7) – Si no hay sudor en el cuarto espacio interdigital de los pies, (señal de que el hígado funciona bien) – (8) – Mantener el peso correspondiente a la estatura y la edad.
Quienes cumplan con estos ocho indicios pueden estar tranquilos respecto a su salud, y si algo empieza a fallar bastará un ayuno depurativo de tres días, de sólo jugo de frutas de la estación, o de zanahorias, o algún caldo de verduras. Para depurar conviene elegir el mejor momento, y esto es durante los 14 días de la fase menguante de la luna, (a partir del día siguiente a cualquier luna llena, porque allí empezará a menguar), facilitando la eliminación de las toxinas.
Los dientes cumplen una triple función: masticar, ensalivar y cargar de energía nerviosa todos los órganos del sistema digestivo con los cuales están conectados mediante su respectivo nervio. Las dentaduras postizas ayudan a la masticación, a ensalivar, a la estética de la persona, pero muy poco a la digestión.
Los mecanismos de defensa del cuerpo físico son cuatro: la función “hepático intestinal”, la “bronco pulmonar”, la “renal” y la triple función de la piel: “regulación térmica, respiración y traspiración cutánea”. Esto es lo orgánico, pero además nuestro cuerpo físico se mantiene en permanente contacto con la matriz planetaria, a través de esas antenas que son las arterias y venas periféricas del cuerpo, contactos entre el “macro y el micro-cosmos”. Somos un complejo mecanismo de esta maravillosa máquina que necesitamos conocer para poderla cuidar. ¡Esta vida es un largo aprendizaje!
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