Encuentro que ésta es una muy linda consigna de trabajo interior, y por eso estoy en ella, junto con otras varias tareas a la vez, pues mutuamente se buscan y se apoyan.Y es esto lo que me hizo decidir hoy, contarles a quienes se interesen por este tema, respecto a los beneficios y dificultades que voy encontrando en este camino, que iba a denominar:  «áspero» pero a la vez, para mí, un atrayente camino.

Entre las cosas del mundo externo están: el clima, las personas, todas las situaciones que nos están tocando vivir, que consideramos grandes problemas, las que uno mismo provoca, y las que elige y luego se arrepiente… Todos los problemas podrán resolverse si estamos tranquilos, serenos; usamos nuestra inteligencia, nos  activamos; y tenemos fe en la Conciencia Infinita.

El tener un pequeño problema aún para resolver, nos permite centrar la mente… Muchas veces los problemas terminan resolviéndose solos, de una manera inesperada. También con el tiempo solemos olvidarnos de los momentos desagradables, pero las ansiosas impresiones que los momentos agradables nos provocan, no se van tan fácilmente. Necesitamos saber que lindas y feas, todas desaparecerán…

¿Porqué la mente se aferra a las cosas desagradables? Para conseguir algo de atención. A eso, nos acostumbraron, desde pequeños, nuestros padres. Bastaba un llantito para ser ayudados o tener lo que quisiéramos. Así fuimos programadas, todo eso fue creando impresiones en nuestra mente, las cuales deberíamos soltar. Al liberarlas, fluiríamos con la vida, como hace el tiempo, y nosotros hacemos con el clima.

Hasta ahora solo me he referido a nuestra mente, pero emociones y mente, corazón y cerebro, se influyen mutuamente, en realidad trabajan juntos. Los peligros, que se nos presentan, son en general, más complejos que una lucha o huida. Cuando estamos frente a una crisis, el miedo y la interpretación del cerebro, pueden convertirse, muy rápidamente, en la mayor amenaza llegando a paralizarnos, totalmente.

En general, yo no me puedo quejar de las situaciones que me están tocando vivir… Mi capacidad de adaptación, a lo que aparezca, muchas veces me sorprende, pero veo cómo mi mirada positiva, enseguida encuentra ese lado bueno que todo tiene, y una sonrisa lo acomoda. Eso me pasa últimamente con mi ayudante casera, a quien a veces siento como si fuera mi hija, pero creo que terminaremos siendo amigas, siempre dispuestas a facilitar lo que la otra necesite.