Un amigo me llama bastante angustiado pues la Municipalidad aparece cada vez con nuevas exigencias y necesita contratar a un electricista matriculado para que revise y actualice toda la instalación eléctrica de su local. Me pregunta si conozco a quien él pueda recurrir, pues él no entiende nada de todo eso. Comprendo que no sabe cómo sacarse ese peso de encima. Y me veo a mí, sintiendo como toda la tecnología de electrodomésticos, computadoras y teléfonos, avanza y avanza atropellándome. Esa es mi percepción, pero también sé que otros, los jóvenes y los niños, se sienten ante un banquete servido, comen y comen y quieren más y más…Me quedo reflexionando sobre todo esto.
Diferentes generaciones sentimos de forma muy diferente siendo que en esencia somos ¡tan iguales! Todavía esto me asombra… En mi caso, comprendo que pongo una resistencia a todo este avance tecnológico, mi crianza y la educación recibida fue muy distinta a la de los jóvenes de ahora. Los veo muy cómodos, no quieren salir de su zona de confort, sino que la amplían más, deseando mantener control sobre cosas y personas. No buscan el crecimiento interno, y se engolosinan con que les den todo servido.
Todos mis problemas con la tecnología, me aparecen como ayuda para que yo trabaje mis resistencias, y a “los otros”, les aparecen diferentes problemas de relaciones, que los obliga a mirar para adentro, a soltar tanta comodidad y control… Pero hay más para ver. Decidida a ayudarlo en lo que me estaba pidiendo, uso la tecnología, mando un mensaje, se empiezan a dar las sincronías, me encuentro con otra persona, le pregunto al respecto, tiene el dato justo, se lo pasará al interesado, y allí yo feliz por el resultado de la gestión, me descubro preparando un comentario que no beneficiaría a nadie…
¿Qué es esto? ¿Para qué?, no es útil ni necesario para nada… esto es del ego… Mientras estoy viendo eso noto cómo el comentario se va transformando y sale totalmente inocente. Me despido y me voy feliz de haber “visto” que sólo por “darme cuenta”, ya sale diferente. ¡Así es cómo el estar presente, y la atención activa transforman todo! Simplemente me digo a mí misma ¡Muchas Gracias!
¿Cómo dibujar la paz que trasmite este lugar? No podemos hablar de la naturaleza y del hombre como cosas separadas porque son una misma realidad. Si dibujas al hombre lo tienes que fusionar con su medio. Entre la naturaleza y la figura aparece el puente de fusión, una abstracción, un pensamiento, una visión integradora, casi simbólica. ¡Qué nunca nos falte con qué dibujar y pintar eso que impacta a nuestra alma!
Para cuando estemos frente al mar: Una forma, como sanación individual: Acá, en este acto frente al mar, limpio, suelto, sacudo y siento como cada ola que llega trae energía, nutrición, liberación, liviandad, y limpieza, y cada ola que se va, se lleva todas las toxinas, lo malo, lo que me ensucia y enferma. Agradezco y me inclino ante tanto poder de energía curativa dentro de la que vivimos y que nos sostiene.
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