(Inspirado, en las enseñanzas de “El Arte de Vivir”)

Las personas se convierten en amigos o enemigos por algún extraño karma, alguna extraña ley. Seamos libres de todo eso, sobre todo cuando nos proponemos buscar un rato de silencio. Entonces, sentémonos dispuestos a relajarnos y liberarnos, pues sólo una mente tranquila y feliz puede expandirse, y allí obtenemos un poder muy especial, “el poder de bendecir…” ¿Y qué significará ese poder de bendecir?

Cuando estás contento, no sólo puedes satisfacer tus deseos, sino también los deseos de los demás. Una mente agitada y con muchos deseos, no puede bendecir. Cuando tomamos una decisión, recibimos una sensación visceral, que nos dice: «Sí, ¡esto es correcto!»; pero incluso si la decisión fuera equivocada, siempre nos llevará al crecimiento. Nos volvemos más fuertes, porque aprendemos una lección en lo más profundo de nuestro Ser.

Cuanto más nos sumergimos en el “Conocimiento”, más veremos que  nuestra mente juega con nosotros como si fuéramos niños… Al verlo, lo podemos aceptar, y divertirnos con ella, o deja de importarnos, y allí lo superamos… porque lo estamos viendo desde un trasfondo más amplio, una perspectiva más amplia. Al aprender a relajarnos, notamos que nuestra mente se expande, igual que cuando estamos felices.

En la vida hay tres cosas que son esenciales: 1)-Pasión, 2)-Desapasionamiento, 3)-Compasión. La pasión es como inhalar, y el desapasionamiento es como exhalar. Nadie puede decir: «Solo quiero inhalar, no quiero exhalar». ¡Imposible! Por eso, inspirar es esencial, y eso es pasión, por las cosas de la vida. El desapasionamiento es la capacidad de soltar, de dejar ir todo, y eso nos trae alivio y allí es cuando la compasión se convierte en nuestra naturaleza.

Por eso debemos tener pasión al trabajar, desapasionamiento cuando quieres descansar y compasión como tu propia naturaleza. ¡Eso es todo! En un estado mental superior, la reciprocidad es instantánea. Sólo cuando alguien no es sensible, no hay reciprocidad. A menudo, la gente responde con reciprocidad cuando se siente culpada, o insultada, pero no ocurre lo mismo con lo bueno. Eso sólo ocurre cuando la mente está en un estado superior.

A veces lo que nos hace felices, entra en conflicto con las expectativas que los demás tienen de uno, (me refiero a nuestra familia o amigos). Allí será necesario buscar un equilibrio entre ambas cosas. Es un tema un poco delicado, pero sin duda hay que hacer un esfuerzo, para expandir nuestra consciencia, darnos cuenta en el momento: “Oh, esto es lo que está sucediendo”. Ese es el primer paso para poder salir de eso, y el segundo paso es tener una visión más amplia de nuestra vida…

Cuando estamos infelices, ¿qué es lo que nos sucede? Algo en nuestro interior comienza a encogerse… y ya pudimos comprobar que cuando nos relajamos nuestra mente se expande y allí nos sentimos felices, es como si floreciéramos. ¿Y qué nos pasa al morir?  El que muere es nuestro cuerpo, nacemos y algún día moriremos. Cuando el alma satisfecha, abandona el cuerpo habiendo adquirido amor y sabiduría, no se ve obligada a regresar, pero puede hacerlo si quiere. El espíritu no tiene limitaciones.