¿Te sientes con culpa?
(Inspirado en lo aprendido en “El Arte de Vivir”)
La culpa tiene un propósito y un poco de culpa es bueno, pues no te permite entrar en un ciclo de acciones que no son buenas para nadie. La culpa actúa como un freno, (solo si está en la cantidad correcta y por un corto período de tiempo). Si nos atascamos en la culpa, la mente no puede florecer. Necesitamos ‘habilidad’ para salir de la culpa, pero al mismo tiempo, no eliminarla totalmente del sistema, hasta darnos cuenta de que nosotros somos el Hacedor, la Luz total, la Sabiduría, el Ser. Hasta que tengamos ese florecimiento, nos protege, nos sirve un poco de culpa.
Para lograr ese equilibrio tenemos las prácticas espirituales, la entrega a lo “Divino”, y la fe en un “Poder Superior”, y en uno mismo. Al abrirnos a la “Conciencia Infinita”, podemos sentirnos verdaderamente dichosos, y allí es cuando entramos en contacto con el “Maestro Interno”, o el “Alma”. Soltamos ese evento que se fue y dejó su sombra en nuestra conciencia, y tomamos una clara intención de: “No repetiré esa acción, ni nada parecido en adelante”. El arrepentimiento ha resuelto el tema. Haber sido consciente de esa mala acción indica un intelecto más maduro.
En la quietud del instante presente, todos somos inocentes. Esa persona que cometió un error hizo las maletas y se fue. Ahora dentro de cada uno de nosotros, hay una nueva persona. Es muy importante comenzar a creer en la inocencia del momento presente. Nuestra “Alma” nos dice: “Te aliviaré de tus pecados. Solo tienes que rendirte. Entonces será mi responsabilidad cuidar de tus pecados. No te preocupes. Suelta todo eso a lo que te aferras. Deja incluso tu “conducta correcta”, ese profundo deseo de perfección, SUELTA TODO lo que estás agarrando”.
Nosotros y esta vida, somos más simples, de lo que la mayoría de los seres humanos nos creemos… Me observo a mí misma, y me veo cargar con un viejo arrepentimiento, de algo que no supe cómo hacer en aquel momento, y que aún no encuentro cómo hacer ahora. Me refiero al trato con una persona muy cercana a mí, muy diferente y sumamente sensible… Desearía tanto encontrar la manera de que sea feliz, de que tenga muchas alegrías en esta vida, y aun sabiendo que eso no depende de mí… sigo buscando… esperando que, al recibir mis buenas noticias, ella se alegre. Pero todo esto me genera una especie de culpa, por no saber cómo hacer, y no lo puedo evitar…
Además ahora no estamos cerca, hace mucho que no nos vemos, yo sé que a ella no le es fácil adaptarse a lo que le está tocando vivir, que ella sufre el frío, y yo acá estoy disfrutando de un clima mucho más benigno, luminoso, donde puedo elegir: ¿caminaré por la parte soleada o por la sombreada? Esta especie de cargo de conciencia realmente me molesta. Al venirme para escapar de este crudo invierno, estaba dispuesta a socializar con extraños, con quienes comparto algo y de quienes me separo no bien lo deseo. Sí, me gusta poder vivir sola, pero cuando vuelva a mi hogar, me parece que tendré que vivir con alguien que me ayude a hacer todo lo que ya sola, no puedo hacer. Eso me preocupa… Ahora ¡LO SUELTO!
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