Para inventar algo es preciso que te aparezca la necesidad, y que tengas imaginación, (o sea: “creatividad”), que algunos la traen ya más desarrollada que otros, pero a la cual la práctica también la desarrolla, y el “interés” y la “paciencia”. Se me ocurrió escribir sobre esto al leer que al canadiense Mike Kelly, le apareció la necesidad manejando su coche durante una tormenta de nieve, en que la nieve se helaba sobre el parabrisas.

Intentó sacar la mano para limpiar un pedacito y casi choca, entonces al llegar a su casa, buscó un aparato eléctrico de hacer masajes, lo sujetó con cintas adhesivas al limpiaparabrisas y no cejó de probar con esto y con lo otro, hasta que años después, se comienza a vender el “quita hielo vibrador”, pequeño cilindro de 2,5 cm. de diámetro con un motor y una pesa, que se fija solo del lado del conductor.

Pero en general, ¿Qué es lo que impulsa al ser humano a inventar cosas?, yo diría que es la necesidad de ir respondiendo a lo que la vida le presenta. Y eso que nos llega proviene de la Sabiduría Divina. Pues yo escucho a Dios, a través de la voz del Maestro interno o Alma, que es una parte mía, el problema es que en cada vida, tengo que redescubrirlo. Todo lo que sea que vayamos resolviendo, es gracias a la creatividad humana.

El impulso de inventar tiene sus raíces en una naturaleza inquieta, en una necesidad de experimentar, a veces tan solo para ver qué resulta. Muchos inventores aplican cambios a un sistema que ya funciona, solo para saber qué pasaría si… En síntesis es gente que decide vivir una vida llena de curiosidad. Algunos niños desarman juguetes y unen partes de uno, con partes de otros, son muy creativos, quieren ver qué pasa.

Los inventores disfrutan el proceso y no solo el resultado, pues en cada paso pueden aparecer interesantes hallazgos. Así, las gratificaciones son constantes. Si una persona tiene “curiosidad intelectual”, el viaje le resultará tan gratificante como llegar a su destino. Si a un niño se le da una olla y una cuchara, es probable que vea en ellos un instrumento musical, pero los adultos enseguida piensan en una sopa.

Las personas más creativas conservan su capacidad de asombro; siguen siendo como niños y constantemente hacen preguntas; pero en los inventores florecen cada vez más y más preguntas, y se animan a correr riesgos. Analizan sus ideas y trabajan con ellas, son de una tenacidad asombrosa, nunca dejan de soñar despiertos. No se desaniman fácilmente, son capaces de perseverar y jamás se pondrán límites.