Siento que a mí las emociones me desequilibran, y entonces me pregunto si ellas tienen su razón de ser, y si podré transformarlas, haciendo que de negativas pasen a ser positivas.
Comprendo que todo lo emocional nos indica un “movimiento energético interno”. Es el Alma, a través de nuestras sensaciones, la que nos está avisando algo. Y soy yo misma quien decidiré si esa vibración tiene que ser transformada o no. Para poder transformarlas importante será no juzgarlas, y estar muy conscientes de ellas para así escuchar y entender lo que nos dicen. Y también procurar estar “limpios”, o sea haber cambiado ciertos hábitos de vida como ser: comer conscientemente, comida preparada con amor, no estar preocupada, temerosa, desconfiando de la propia capacidad, enojada, apurada, etc. Todas esas emociones que llamamos negativas nos estresan y enferman al cambiar nuestra química corporal.
Sé que este es mi tema del momento, que me estoy ocupando, y que estoy trabajando interiormente observando con mucha atención cada cosa que surge. Hoy es domingo, me habían enviado, desde el Perú, una receta y ya tenía decidido cocinarla a medio día para mi almuerzo, y por supuesto, con mis variaciones culinarias para que me resulte más saludable y bien sabrosa, olvidando que estaba anunciado un corte de luz, de 9 a 15 hs.
Me fui adaptando, prendí la cocina con fósforos, me imaginaba estar en mi casa de niña, donde todavía no conocíamos el magi-click. Y mientras fui cocinando todos los ingredientes necesarios. En mi cara había una sonrisa divertida. ¡Jugar a no tener luz! Enseguida pude ver cómo el automatismo funciona al menor indicio de distracción. Preparé todos los ingredientes que necesitaba para una exquisita mayonesa de zapallo, los coloqué en la licuadora, y me asombré de que la licuadora no funcionara. Allí sí que escuché mi sonora carcajada.
En el universo todo tiende al equilibrio y mi trabajo interior consiste en imitar lo que veo que sucede en el Universo y en la Naturaleza. Ella es nuestra maestra. Últimamente observo que todo cambia y cambia y me parece que más rápido que antes, y entonces acepto mis cambios de humor, de parecer, etc. Acepto también todo los cambios que la vida me va proponiendo, como este corte de energía, procurando aprender de mí misma al analizar cada una de mis decisiones y reacciones.
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