Si nos mantenemos en una lucha constante “entre lo que es, y lo que yo no quiero que sea”, o entre el lugar donde estoy, (que puede ser el lugar donde vivo, o las relaciones que tengo, o el trabajo que hago, y que ahora me resulta inaguantable, pero del que no encuentro la posibilidad para irme); este sería un estado de guerra interna que resulta muy dañino para toda nuestra persona. Eso nos hace infelices y hace infelices a quienes entran en contacto con esa energía contagiosa que estamos irradiando.
El estar con disgusto o satisfechos con el lugar en que estamos, es parte del juego emocional humano. También podría ser un hábito, y eso tendremos que mirarlo con mucha atención cada uno. La única solución que tenemos es “aceptar” el lugar en el que uno está. El “NO”, fortifica al ego, el “SI”, lo debilita. Yo me encontré en este tipo de situación por el hecho de vivir en zona de incendios de bosques, de lo que ya he hablado en entradas anteriores. Pero me dije: Elegimos venirnos a vivir acá como una opción inmejorable, con mi marido, hace como cuarenta años, y esta es la primera vez, que vivo una situación así tan peligrosa y angustiante.
Comprendí que “ACEPTAR” era mi mejor opción, y me dije: “acá me quedo y me iré adaptando a lo que la situación vaya pidiendo”. Pasé una semana, de miedos y zozobras, pero por fin, volvió a tranquilizarse toda la región, y los incendios fueron extinguidos. Yo aprendí un montón y justamente ese aprendizaje es lo que intento compartir con Uds., mis amigos que me leen. Preparar la posible escapatoria, pedía hacer muchas cosas, y en cada acción había que estar “entero”, con una “aceptación total”, sin la menor resistencia, haciendo una sola cosa por vez, confiando en la Conciencia Infinita, que permea y ayuda en todas las situaciones.
Cuando le decimos sí a la vida así tal cual es, podemos sentir dentro nuestro un espacio profundamente pacífico y armonioso, más la satisfacción y la confianza de poder entregar nuestra máxima posibilidad. Allí, todo ese juego emocional, que es normal que nos pase, ya no calará tan profundo. Ese sí a la vida no depende de las condiciones externas, ni de las condiciones internas, ambas en constante fluctuación, depende de nuestra “Aceptación”, venga con lo que ella venga. Y podremos seguir conociendo gente, y tener experiencias de todo tipo, sin esperar que ellas nos satisfagan o nos hagan felices, sin tener miedo a equivocarnos o al error.
Hemos de ser plenamente conscientes al momento presente, sin permitir que la mente le ponga ninguna etiqueta. Sería un espacio de “no resistencia alerta”, que nos abre a la “Conciencia incondicionada”, a lo que desde lo “Alto” se ha previsto para cada uno de nosotros, que es algo infinitamente mayor que la mente humana. Esta Consciencia Infinita puede ayudarnos tanto desde dentro como desde fuera, (con todos esos hechos sincrónicos, que por lo menos a mí, me vienen ocurriendo), solo necesito estar muy atenta, dejando que cada momento se exprese tal como es.
Todos hemos ido construyéndonos la historia de nuestra vida y algunas de ellas pueden resultarnos muy difíciles de aceptar, pero si aceptamos lo inaceptable, esa es la mayor Gracia que uno puede recibir, pues allí recién podremos conocer la “Verdadera Paz”. Por suerte, me considero una persona positiva y muy agradecida, por todas las diferentes circunstancias de mi vida. Las hubo difíciles y otras más acordes a lo que iba deseando, pero eso sí, estoy segura de haber aprendido algo de cada una de ellas, y entonces todas tuvieron sentido para mí.
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