Si estás luchando por dinero, entonces no te sientes y sueñes despierto, ¡Trabaja duro!, y si un negocio no funciona, elige otro, y hazlo funcionar. Por más dinero que tengas, siempre lo encontrarás escaso. Somos seres activos, y este mundo nos necesita bien dinámicos. Los milagros suceden, pero son inesperados, y cuando son anhelados en general no suceden…

En primer lugar, decide qué es lo que quieres de la vida. Sabes que el dinero es algo que siempre sentirás que te falta. ¡Siempre! Cuánto más rica se vuelve una persona, más gastos tiene. Las grandes empresas y hasta, la única superpotencia en este planeta, Estados Unidos, está, muy endeudada. Al mismo tiempo, hay gente pobre, que sienten tanta abundancia, que contribuyen a la caridad.

Hay mucha gente pobre, trabajadora, que se toma el tiempo para hacer servicio, lo cual es asombroso. Lo que pasa es que ellos sienten mucha abundancia… De hecho, muchas personas ricas no sienten abundancia en absoluto, sino carencia. No son generosos, no miran a su alrededor, no ven las angustias y necesidades de  otros… Pero he visto gente pobre que son observadores y ¡con un corazón tan grande!

Dios es pura abundancia, todo plenitud, y nosotros estamos conectados con Dios, entonces ¿por qué no sentimos esa abundancia y siempre nos falta algo y nos endeudamos? ¿Por qué solo unos pocos tienen y no todos? ¡Y en el momento en que empieces a sentir abundancia, verás que las cosas mejorarán! Cuando podemos decir que estamos en deuda, quiere decir que hemos recibido; ¿no es así?

Cuando decimos que estamos en deuda, significa que hemos recibido. De lo contrario, ¿cómo puedes estar endeudado? Así que agradece por estar en deuda, porque has recibido. Quienes han recibido y se sienten en deuda, a la vez, pueden tener abundancia. Por lo tanto, mientras más endeudado te sientas, más abundancia tendrás. !Siéntete en deuda. Siente gratitud. Entonces llega la abundancia!

Abundancia y endeudamiento pueden coexistir, cuando nos sentimos totalmente endeudados, (puesto que todo lo que tenemos no nos pertenece, incluido nuestro cuerpo). Entonces estamos infinitamente endeudados por nuestro cuerpo, por el Conocimiento, por las cosas que hemos recibido y por nuestra propia vida. Allí recién, podremos disfrutar de la abundancia del Creador. 

Hoy de mañana en mi caminata diaria, tuve un encuentro inesperado, con una residente, con quien nunca conversé. Hacíamos la vuelta a la casa en sentido contrario y casi nos chocamos, nos reímos con ganas, nos dijimos nuestros nombres, y quedamos charlando unos 15 minutos, ella, con 68 años, es la más joven de las residentes, la mayor tiene 97. Fue un regalo que ambas recibimos desde lo Alto, sé que estoy en deuda. !Agradezco infinitamente esta vida!