A veces tomo decisiones equivocadas, y no me gusta equivocarme, pero también a veces, acierto en mis opciones, pues en general tenemos varias, y allí me alegro por ser quien yo soy. Aceptemos y reconozcamos nuestros errores y nuestras equivocaciones. Si hay otro a quien he causado un daño puedo disculparme, pedirle perdón. Yo quisiera aceptar solo los nuevos errores porque me molesta encontrarme repitiendo los ya experimentados.
A veces estoy presente, pero otras veces estoy ausente, pues si mi mente me ha llevado al pasado o al futuro me pierdo el sentir que esta vida es un verdadero milagro, me pierdo el disfrutar cada instante de mi vida. Me he propuesto volver constantemente al presente, pero una y otra vez, me aparecen distracciones: un sonido, los constantes cambios, los imprevistos, la curiosidad, etc. todo lo cual activa a “la mente pequeña” gobernada por los miedos del ego. No hagamos un gran tema de nada pues se quedará pegado a nuestra mente, los sucesos ocurren, son cosas que pasan, nos asombran, y ya no están.
A veces tengo una amplia visión de lo que está ocurriendo, pero otras veces mi visión se reduce a tal punto que quedo enganchada en cualquier pequeñez. Podemos acompañar nuestra vida con curiosidad, satisfacción y asombro, al observarnos en nuestro diario vivir, y en todo lo que ocurra a nuestro alrededor. Me pregunto: ¿Desde qué niveles energéticos se generan los imprevistos que nos toca vivir? Veo que la vida es pura magia de vibración energética, nosotros somos vibraciones, todo es pura vibración.
¡A veces me siento tan creativa! y otras veces me quedo mirando el papel, sin saber cómo seguir expresando la idea que estoy queriendo contar. La energía creativa que tenga quiero buscar cómo plasmarla en proyectos personales que me generen alegría y felicidad no solo a mí, sino también en quienes me rodean. Nuestra voz trasmite quiénes somos y la energía que tenemos, y podemos reconfortar a otros cuando nos dirigimos a ellos con real amor. Es bueno permitirse espacios de compartir y de aprendizaje en la Naturaleza.
A veces me ocupo de mantener mi cuerpo lo más sano que pueda, pero otras, me olvido de la rutina propuesta para ello. Somos organismos que constantemente estamos en procesos de reparación y cambios y orgánicamente eso es nuestra vida. Somos lo que comemos, por eso es necesario comer conscientemente, mover el cuerpo con algún tipo de ejercicios en lo posible al aire libre, recordando que la energía nos la da el “PRANA”, por eso también hemos de ventilar los ambientes, manteniéndolos limpios y agradables. Necesitamos descansar al no hacer “NADA” y eso lo obtengo cuando duermo un mínimo de 6 a 8 horas, o camino relajadamente observando la naturaleza, y solo cuando vivo el momento presente, puedo tener una vivencia de verdadera paz y felicidad.
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