La vida es una combinación de felicidad y dolor. El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional. Todos tenemos el poder de entender lo que nos está pasando y de hacer algo al respecto. Compartir nuestras preocupaciones con otros puede ayudar. Escuchar música y cantar mantras eleva los niveles de energía en todo el ambiente, al instante. Actualmente todos tenemos un estilo de vida muy agitado lleno de estrés y tensión. El estrés se genera cuando tenemos demasiado para hacer, muy poco tiempo y estamos depresivos y sin energía.
Puede ser difícil reducir la carga de trabajo o aumentar el tiempo que uno tiene, pero sí, podemos aumentar nuestro nivel energético. El silencio y la meditación no solo nos alivia del estrés y la tensión, sino que también mejora y fortalece nuestras habilidades, el sistema nervioso, la mente, y nos libera de toxinas el cuerpo. Estamos hechos de materia y espíritu. El cuerpo tiene algunas necesidades materiales y nuestro espíritu se nutre de espiritualidad. La meditación también nos ayuda a ponernos en contacto con nuestro espacio interior, la fuente de alegría, paz y amor.
¡Vivimos en un mundo desordenado! Las ciudades, los pueblos, los mercados están abarrotados, y así está nuestra mente. Incluso cuando uno está de vacaciones, la mente no descansa, está ocupada en algo, ya sea algo absolutamente inútil, o algo importante. Como es casi imposible reducir la carga de trabajo ó aumentar el tiempo del día, la única opción que queda es aumentar el nivel de energía interior. Con energía y entusiasmo, somos capaces de manejar cualquier desafío. Las prácticas espirituales, nos conducen a un espacio de silencio, que nos carga de energía.
Ese espacio de silencio es la madre de todo descanso, de toda creatividad, la fuente de la intuición. El silencio no es solo mantener la boca cerrada. Se trata más bien de retirar los sentidos de todo lo externo y volverlos hacia el interior. Desde allí es que se crearon los grandes descubrimientos científicos, los inventos innovadores y surgieron maravillosos poemas y melodías. Además hace que los pensamientos sean más coherentes, e inteligentes. Puede ser una fuente de iluminación, un bálsamo que cura una relación dañada, un remedio para muchos males. Esto conduce a un estado de total satisfacción.
La mayoría de nosotros hemos experimentado, en un momento u otro, un fenómeno asombroso. Ya sea en la comunicación uno a uno o al dirigirse a una gran audiencia, algo intangible mueve a las personas más que las palabras. Lo atribuimos al encanto, carisma, presencia, etc. Sí, todos juegan un papel, pero la esencia de todo está en el silencio interior. La comunicación real está más allá de las palabras. Si estás firmemente establecido en la zona del silencio, si tu mente está en calma, de repente te encontrarás siendo capaz de influir en individuos, y grupos. Lo que una sola mirada puede transmitir, mil conversaciones no pueden.
Es hora de que todos aprendamos el arte de abandonar el mundo durante unos minutos “todos los días”, antes de que el cuerpo nos abandone. Entremos en el silencio, y probemos de tener una comunicación sin pensamientos. Aquí es cuando todas las preguntas en la mente de uno desaparecen. La más alta inteligencia interior comienza a hablar. Si uno pudiera estar totalmente en silencio, sin los ruidos de la mente, esa inteligencia nos revelaría la mejor solución aun para los problemas más críticos. Particularmente, lo estoy intentando desde hace muchos años, y últimamente ocurre cada vez más, lo llamo “sincronía”, “Intuición”, o “es mi Alma que me está guiando”
31 agosto, 2023 a las 10:48 am
Diana: Bastante profundo para mi parcial entendimiento. Es verdad que en silencio (interno y externo) aparecen ideas, imágenes y resultados. Me sucede cuando busco inspiración para cumplir una consigna de un taller literario. Los “veo/siento” y lo más pronto posible escribo una “escaleta” (Resumen de los temas y personajes participantes). Con tiempo y ganas desarrollo el cuento.
Abrazos. Amadeo
2 septiembre, 2023 a las 10:57 pm
Seguro, que tanto el silencio interno como el externo, no son fáciles de conseguir, pero cuando entramos en ellos tocamos una profundidad que nos inspira.