Si todo está hecho por Dios, todo está sucediendo de todos modos. Entonces me surge preguntar: ¿Cuál será el propósito de la vida humana? Esta pregunta, nos la deberíamos estar haciendo todos los que nos podemos sentir responsables de la sociedad y del mundo en que vivimos. Yo siento que vinimos con un fin además de lo que puede ser el de experimentar el amor, otras lindas emociones y divertirnos.

Creo que estamos acá para contribuir con la existencia general, cada uno a su manera, basándonos en lo aprendido anteriormente en otras vidas, que estarían resumidas en nuestros genes, en nuestro ADN, expresado en el comportamiento de cada una de nuestras neuronas, células, y sistema inmunológico. Y vuelvo a pensar que nada es fortuito, que vinimos ya comprometidos con una Misión.

A todos nos gusta “hacer”, la creatividad nos apasiona, todo lo queremos solucionar haciendo, pero a veces la solución está en dejar que suceda… Para muchos el enfoque de su vida es:”todo para mí”, son agarradores, pero, ¿Cuánto pueden tomar, tomar, y tomar?; es por eso que su mente se cansa. Pero si sé que estoy aquí solo para dar, para servir a otros, entonces la acción no me ata, me siento en libertad.

Hasta que nos vayamos de este mundo tenemos que mantenernos activos. Porque no podemos estar acá sin canalizar nuestra energía haciendo algo, siempre podremos encontrar que es lo que nos gusta y nos entretiene hacer, y eso en mi caso es lo que hago en este momento escribir acá para que me lea quien quiera. Es como dejar salir el vapor, de no hacerlo, la mente me jugaría una mala pasada.

Todos necesitamos observarnos y reflexionar sobre nuestra propia vida: ¿Cuál es la causa de este decaimiento, o de esta ansiedad? Será porque por momentos olvido que hay un Poder Superior que permanentemente busca lo mejor para cada uno de nosotros? ¿Cuál es la causa de esta repentina alegría? Quizás el escuchar más animada a mi amiga, está influyendo… Ahora me pregunto ¿Quién es el que observa?

El “Observador”, es a la vez presente y pasado, (porque los recuerdos de lo que pasó ayer, influyen en este presente). En lo nuevo está el desafío, el reto, pues siempre estamos traduciendo lo nuevo en términos de lo viejo, y uno no puede comprender esto de un modo intelectual. Nos costará muchísimo entender que haya un estado mental en que el observador ya no tiene el espacio entre sí mismo y la cosa observada.