Nosotros somos lo que comemos y dado que el cuerpo nos avisa enseguida cuando tiene que nutrirse y respeta religiosamente sus horarios y rutinas, es lo primero que todos atendemos. Por lo menos es lo que yo hago. Pero hay diferentes formas de nutrirse: está la física, la mental, la emocional y la espiritual. Es importante que revisemos cómo y con qué alimentamos cada parte de nuestro Ser.
Físicamente me nutro con lo que como y también según sea lo que rechazo pues a mi cuerpo no le cae bien. Será necesario observar su reacción a cada cosa que ingiramos. El cuerpo nos habla, constantemente, ¡escuchémoslo! Mis molestias son principalmente físicas pues mi cuerpo está muy deteriorado. También cuido mi físico al hacer ejercicios, cuidar mi postura al caminar, al estar sentada y sobre todo al cocinar que es cuando más me inclino y mis dorsales toman una posición muy caída hacia adelante, lo que me produce muchos dolores.
Mentalmente me nutro con todo lo que leo y estudio, pero principalmente con lo que el vivir me enseña. También hablando con amigos y observando el vivir de otras personas uno aprende mucho. Es un aprendizaje donde se entrevera lo mental, con lo emocional y lo espiritual. A veces me pregunto: ¿Qué espero de los cursos que hago? Y me respondo: Ellos pueden resultar positivos para algunos y no así para otros. En los cursos que últimamente hago busco el real silencio aunque sea por instantes… Y sin expectativas pues ya aprendí que las expectativas reducen la felicidad.
La energía nos la da el “PRANA” que está en los espacios naturales, los ambientes ventilados, limpios “sátwicos” y agradables. También la obtengo con una “respiración consciente” que lleva a la mente al momento presente y nos conduce a ese estado meditativo que es una verdadera experiencia de felicidad. Pues la felicidad solo puede existir ¡ahora! como una vivencia. Hemos de recordar que el descanso es no hacer “NADA” y lo obtengo cuando duermo un mínimo de 6 a 8 horas, o camino relajadamente por la naturaleza, y solo al vivir el momento presente, pues si mi mente se va del presente ya no hay descanso, ni verdadera paz y felicidad.
La respiración Fushay, nos amplía nuestra capacidad pulmonar y es más beneficiosa mientras más profunda sea. Hagamos todo con el 100%; sin pensar en los resultados y agradecidos por estar vivos en estos momentos, con lo que sea que nos toque vivir. Somos responsables por lo que hacemos y también por lo que no hacemos, aceptemos y reconozcamos nuestros errores y equivocaciones. Pero solo tengamos errores frescos, nuevos, no repitamos los que ya hicimos. Y si creemos haber hecho algún daño, seamos valientes y pidamos perdón, pues para pedir perdón hay que tener coraje.
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