Hoy ha sido un día de tantos desencuentros, que interpreto que me traen, (no sólo a mí sino a través mío a muchas personas), una gran enseñanza. Y ahora voy a tratar de descifrarla. Los desencuentros nos complican la vida a todos, y de eso no tenemos dudas. Mi mente quiere comprender por qué ocurren los malos entendidos, pero la mente menor (o ego), analiza, es lógica, y la lógica es limitada puesto que lo que puede ser probado también puede ser refutado. La verdad, Dios, el amor, están más allá de las pruebas, no pueden ser probados, ni tampoco refutados. No pertenecen al ámbito de la mente sino al del sentir del corazón.
Empezaré con la vivencia en sí, o sea con la enumeración de los malos entendidos. Había acordado con mi vecino amigo que me vendría a buscar para llevarme a la acupuntora, donde tenía mi turno a las 13,30 hs. Estuve preparada para la salida con bastante tiempo y como había sol decidí caminar acercándome al lugar por donde él aparecería. Cada vez más preocupada y muy cansada llegué hasta su casa, que está mucho más lejos de lo que normalmente camino.
Afuera estaba su coche estacionado pero ya había pasado casi una hora desde mi salida. Había hecho dos paradas de descanso y con el intento de llamar a su casa pero el TE me decía que no había señal para llamadas y comprobé que tampoco salían mis mensajes. Mi amigo me dijo que creía que tenía que buscarme a las 14 horas, que se confundió y corriendo volvió a buscar las llaves del coche y me acercó por calles con tantos pozos que llegamos cuando ya había un coche blanco que recién después supe que era el taxi que llegó a buscarme un poco antes de lo acordado. O sea que ya casi se había terminado la hora, que era mi tiempo con la doctora.
A la doctora no la encontré, ni en el consultorio, ni en su casa, traté de llamarla o mandarle un mensaje, pero me era imposible, igual que antes. Me senté un rato para tranquilizarme y pensar y al rato apareció diciéndome, que estaba ocupada en otras cosas, que ella tenía en mente que yo vendría a las 15,30 hs. que es cuando reanuda su consultorio, pero que en el mensaje para mí puso mal el dedo y escribió 13,30 hs. Que por favor que la perdone, que fue su error lo que provocó tanto lío. Que ella corta las consultas siempre a las 13,30 hs. y reanuda a las 15, 30hs. pues necesita despejar su mente.
Que tenga un poco de paciencia, que me atenderá, que la espere un ratito, que tiene que volver a calentar el ambiente y tomarse un té, y antes llamar desde su TE al del taxi, ya que ella no recibió ninguna llamada ni mensajes míos, para pedirle que venga de nuevo en una hora, que fue su error, no el mío. Y me dijo a mí que haga revisar mi TE pues no debo tener datos móviles y que por eso no puedo comunicarme. Así que aquí ya tengo uno de mis grandes aprendizajes, que puede servir a alguien más. “Para usar herramientas electrónicas, con cerebro propio, que responden a programas ya establecidos, tienes que conocerlas bien, o que alguien te enseñe”.
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